sábado, 12 de marzo de 2011

EL JUEZ, LA DESTITUCIÓN Y LA HISTORIA


Mendoza, 12 de marzo de 2011

Ortega Peña Noticias

Hoy nuestra Justicia se volvió más justa. Hoy nuestra Justicia dejó de guardar en su seno a un ser que supo denostar de la manera más execrable a la dignidad humana.

Luis Miret dejó de “ser” y de “llamarse” juez, por decisión del Jury de Enjuiciamiento que lo sentó en el banquillo de acusados por los más horrendos crímenes que una persona puede cometer.

Hoy Miret dejó de “llamarse” juez, pero la decisión de dejar de “ser” juez la había tomado él mismo mucho antes: cuando decidió convertirse en un eslabón indispensable para la tortura, la violación, la vejación, la muerte.

Luis Miret no impartió justicia, impartió impunidad. Lo hizo desde su cetro, el que creyó absoluto e inderrocable. Lo hizo desde la autocracia de sí mismo, con la que embaucó a generaciones bajo el eufemismo del “prestigio”, un falso prestigio construido artificiosamente con la sangre de nuestros hermanos.

Cuánto olor putrefacto en el despacho de Miret ... donde se ventiló y regodeó el genocidio, la miseria, la desgracia, durante años y años de oscuros tiempos impunes.

Pero la historia nos hizo un guiño. La historia reivindicó a los negados, a los dolidos, a los olvidados por la judicatura de aquellos miserables como Miret, y les devolvió la verdadera justicia, la que le pertenece a los pueblos, la que dignifica, la que nos da la razón y nos devolvió el sueño. No ha sido ni es en balde la lucha, la memoria, la proyección y construcción de un hombre nuevo, de una Nación nueva.

Hoy tenemos una sociedad más justa, de la que formamos parte todos, que construimos todos. Y ésa es la victoria de los que nunca descansaron y dejaron todo para que así sea. Y ésa es nuestra victoria.

María Josefina Neirotti

Abogada

Integrante de la Comisión Estudiantil por los Derechos Humanos y la Ética - CEDHE.

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